Endurecen el cepo: solo se podrá comprar hasta u$s200 por mes

Qué harán hoy los ahorristas, inversores, empresas, bancos y fondos de inversión tras los resultados de ayer? Es la pregunta del millón. Ya que sobre el cierre de la semana pasada se especuló con el advenimiento de viejas prácticas, como implementar feriados cambiarios. Anoche, desde el BCRA, aseguraban que no se estudiaba ninguno. En las actuales circunstancias lo mejor, para el país, es despejar los nubarrones y no hacer olas. Esto, claro, es responsabilidad del Gobierno y de la oposición triunfante. Pero dado el conflicto de intereses reinante entre ambas fuerzas políticas, nada indica que la transición será sin sobresaltos. Menos, luego de los discursos de anoche. Sólo se zanjó el intríngulis de tener que sobrevivir hasta un balotaje. Pero todavía falta transitar poco más de 40 días hasta la entrega del poder.

Al BCRA le quedan u$s43.503 millones de reservas brutas. La semana pasada perdió u$s3.383 millones y en lo que va de octubre, u$s2.110 millones. En septiembre perdió u$s10.597 millones y desde las PASO u$s22.806 millones. El Gobierno de Cambiemos no quieren irse en crisis. Por lo que no debería verse un tipo de cambio oficial muy lejos del actual. 

A la vista de los resultados de ayer, la reacción del mercado, que ya descontó el triunfo de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner, no debería ser ni de furia ni descalabro. Salvo que, tras el desayuno de hoy entre Macri y Fernández, salgan sacándose chispas, o desde la oposición surja algún disparate. El BCRA prefirió no esperar la apertura de hoy para ver cómo digería el mercado los resultados, que para Macri fueron mejores de lo esperado. Además, Rodríguez Larreta aseguró el bastión del PRO en Capital, eliminando el temible escenario de balotaje y el futuro Congreso garantiza cierta estabilidad, en términos de que nadie accede al control absoluto. Todo deberá ser negociado. Por lo tanto, de no mediar ninguna sorpresa, los mercados tendrían que transitar estas jornadas con las idas y vueltas de todo cambio de gobierno. Este sería el escenario, casi ideal, pero como no hay experiencia ni legislación de transición de mandatos democráticos, hay que rezar por la serenidad y racionalidad de ambos.

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