A 210 años de uno de los conflictos más importantes por la Independencia argentina, recordamos algunos de los sucesos cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata se hicieron con la victoria por la Patria.
El Ejército del Norte, al mando de los Generales Manuel Belgrano y Eustoquio Díaz Vélez, se enfrentó en los campos de Castañares del norte argentino a las tropas españolas del Virreinato del Perú comandadas por el brigadier Juan Pío Tristán. Sucedió el 20 de febrero de 1813, es conocida como la Batalla de Salta y fue un nuevo episodio en la Guerra de Independencia que sirvió para definir los dominios de la región.
El conflicto finalizó con la victoria de las Provincias Unidas del Río de la Plata, bloque que ya se había impuesto un año antes en la Batalla de Tucumán. Fue una de las victorias más importantes de la independencia argentina, los realistas se rindieron completamente.
A propósito, el propio Manuel Belgrano reafirmó su postura en una carta a Feliciano Chiclana, el primer gobernador de la provincia de Salta: “Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son esos los más a propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dictan la razón, la justicia, y la prudencia, y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria”.
La primera vez que se usó la bandera argentina
El conflicto de Tucumán, un año antes, tuvo una gran diferencia con la Batalla de Salta. Según el historiador Felipe Pigna, “Belgrano ya se había impuesto sobre el general peruano en Tucumán el 24 de septiembre de 1812, pero en esta oportunidad, las tropas patriotas combatían por primera vez enarbolando la bandera celeste y blanca”.
Este símbolo ya daba vueltas desde días atrás. “El 13 de febrero, una semana antes del combate -continúa Pigna-, Belgrano había hecho jurar la bandera en el Río Pasaje, luego denominado Juramento. En la nota a la Asamblea se expresaba sobre el trascendental episodio: ‘Yo no puedo manifestar a V. E. cuánto ha sido el regocijo de las tropas y demás individuos que siguen este ejército: una recíproca felicitación de todos por considerarse ya revestidos con el carácter de hombres libres, y las más ardientes y reiteradas protestas de morir antes de volver a ser esclavos, han sido las expresiones comunes con que han celebrado tan feliz nueva y que deben afianzar las esperanzas de cimentar, muy en breve, el gran edificio de nuestra libertad civil’”.
Estrategias y enfrentamiento
Los españoles habían fortificado el único acceso a Salta, el Portezuelo, para imposibilitar cualquier tipo de ataque por parte de los patriotas rioplatenses. La única forma que podrían hacerlo era mediante cierta ayuda de los lugareños del norte. Y así ocurrió. El capitán salteño Apolinario Saravia orientó al Ejército del Norte para atravesar la ciudad, sorteando el enfrentamiento de los soldados realistas.
Sin embargo, el peruano Juan Pío Tristán, quien luchaba para los realistas y había tomado conocimiento del avance de los patriotas, se adelantó un día antes a la batalla para impedir la resistencia.
Finalmente, en la mañana del 20 de febrero comenzó el enfrentamiento. Durante la primera parte del conflicto, se dice, el ejército español dominó el campo de batalla debido al empinado terreno de Castañares que debían recorrer las tropas rioplatenses. Belgrano, por su parte, ordenó que una reserva de infantería –liderada por Manuel Dorrego–, reforzara el acceso a la región salteña.
La Batalla de Salta, y antes la de Tucumán, fueron dos capítulos fundamentales en la lucha por la independencia rioplatense, y siempre se la recordará como la primera vez que el Ejército del Norte batalló con una de las insignias nacionales: la bandera argentina.
Fuente: cultura.gob.ar