«La montaña se lo tragó»: a 18 meses de la desaparición de David

Su padre Wenceslao Sulca quiere reanudar la búsqueda. Dice que algo «malo» provocó la desaparición de su hijo.

David Sulca desapareció el 15 de septiembre del año 2021 en las cumbres de Las Capillas, paraje situado por arriba de los cuatro mil metros en medio de la Puna, en una inhóspita geografía rodeada de nevados, como el San Miguel y el Acay. A pesar de que se han realizado extensas búsquedas, no han encontrado rastros del joven. Desapareció como si la montaña se lo hubiera tragado. Wenceslao Sulca, su padre, mantiene la esperanza de que su hijo esté con vida y aún cree que puede estar escondido en algún lugar cercano, protegido por alguien. Pero también sostiene cuestiones esotéricas que serían la causa de desaparición de su hijo: «Nunca encontramos huellas de su desaparición. Nada de nada. Ha pasado el tiempo y ni siquiera la posibilidad de hallar su cuerpo por ahí. Aquí hubo algo malo que provocó la desaparición de mi hijo», reflexiona.

David tenía 21 años cuando no se supo más de él. Llevó unos caballos al cerro y no volvió. Incluso las pisadas en un camino de herradura cercano a donde se hallaron los animales del joven, llegaban varios metros adelante y luego se desvanecen. Todo parecía extraño. «Se rastreo por varios lados, pero nada de nada. Creo que hubo falencias en algunos rastrillajes, se apunaron varios policías y personal de rescate. Teníamos que asistirlos. Pasó el tiempo y no dejo de buscar cada vez que recorro la zona. No pierdo la esperanza. Si está vivo por ahí, aparecerá en algún momento, y si murió y su cuerpo está por ahí también aparecerán vestigios. Caso contrario no queda otra cosa que creer en cosa malas, y que algo se lo llevó».

Wenceslado no deja de escudriñar cada rincón de los cerros por donde pasa rumbo a su puesto de Las Capillas. Hasta hizo un camino a pico y pala para acercar la huella donde perdió su hijo. Agradece la ayuda de mucha gente y organizaciones en la búsqueda en medio de los cerros.

«Alguien nos dijo que de la zona no salió mi hijo, que sigue por ahí. A esta altura yo creo en todo lo que me dicen. Tengo esperanzas. No voy a descansar el resto de mi vida hasta no saber qué pasó con David».

«Los sectores donde buscó el ejército faltó rastrillar. Nos estamos preparando para seguir buscando. Alguien nos dijo que de la zona no salió que sigue por ahí. A esta altura creo en todo. No voy a descansar el resto de mi vida hasta no saber qué pasó con David».

Wenceslado mira y sigue inspeccionando los cerros. No descarta nada. Está empecinado en continuar la búsqueda a su manera. En aquel momento los caballos seguían en el cerro donde había ido David, y la montura estaba completa en el piso. Las huellas dan cuenta que su paso era irregular y de repente desaparecen. No había precipicios alrededor de este sendero.

Fueron alrededor de tres meses de una infructuosa búsqueda en medio de cerros y quebradas. Sulca pierde su mirada hacia el norte, y reflexiona en voz alta «dónde estarás, dame una señal, quiero saber qué te pasó». El silencio de la montaña le pone intriga al paisaje. Miles y miles de hectáreas alrededor. El padre no consigue resignarse. Al contrario, alimenta su corazón de esperanza de que algún día sabrá que sucedió con su hijo de 21 años en medio de esos impenetrables cerros.

Fuente: eltribuno.com

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