La historia de Delfina, la niña de Isonza, que conmovió al país con su cabildo.

Tiene tres años, es alumna de la escuela rural de Isonza y a pesar de que no puede asistir a la escuela no dejó de presentar su trabajo escolar.

Delfina al llegar la conmemoración del 25 de Mayo envió las fotos de su cabildo terminado por internet a su “seño” Sandra.

En medio de la inmensidad de los Valles, en el departamento San Carlos, los niños salteños no dejan de cumplir con sus tareas escolares. Ni la distancia, ni las limitaciones impuestas por la cuarentena y mucho menos la falta de tecnología han logrado frenar sus ganas de estudiar.

Con un fuerte compromiso de los padres conmemoraron ayer la Revolución de Mayo, cumpliendo a rajatablas con la currícula escolar.

Es así que las fotografías de Delfina, una nena de tres años junto a su cabildo de cartón, conmovieron a gran parte del país. Ella, junto a su mamá Vanesa Burgos, trabajaron duro para cumplir con la tarea. Y una vez finalizada la expusieron en el patio de su casa, que termina en las imponentes montañas calchaquíes. Es que tal como lo marca el protocolo, se sumaron al proyecto “El 25 de Mayo en el Jardín” de la escuela 4.596 “General Martín Miguel de Güemes”, enviando la tarea por celular a la “Seño” Sandra. Y no solo cumplieron con el deber, sino que dieron a toda una nación una lección invaluable: cuando se quiere, se puede. En la zona, cargan sus celulares y las notebook de Conectar Igualdad mediante paneles solares.

Nilda Delgado, es la directora de la institución y contó que “tengo la dicha de estar acompañada por unos padres excelentes, muy comprometidos en la educación de sus hijos. Ellos están siempre predispuestos a colaborar con la escuela, que en definitiva es una gran familia en la que todos trabajamos para superarnos”.

En la organización del acto escolar por el 25 de Mayo, tuvieron amplio protagonismo los alumnos junto sus familias. Los que pudieron ir a la escuela lo hicieron, el resto dio a conocer sus trabajos enviando videos y fotografías. Las salitas de tres y cuatro años, y el jardín se lucieron con las presentaciones de Delfina, Gael, Daniel y Ludmila.

La mamá de Delfina es ama de casa y cría cabras en el pequeño paraje Isonza. Ella tampoco deja de capacitarse y terminó el año pasado el secundario. “Nos llevó bastante tiempo hacer el cabildo. Usamos una caja de lavandina otras de unos parlantes. El techo es de hilo de lana de oveja que yo uso par hacer artesanías. La cruz es de madera, mientras que la copa del cabildo es de una botella de gaseosa cortada y el balcón de cartón. Las rejas también son de lana y las puertas de papel glasé”, detalló Vanesa respecto de la confección del cabildo. Y lo pintaron con tempera amarilla.

En el trabajo de Delfina participó toda la familia, también su primo que reside junto ellos y estudia una carrera terciaria por internet. En el poblado donde vive Delfina no tienen electricidad y cuando está nublado se quedan sin luz. “Hay internet, pero se corta mucho y es muy lento. “Algunos alumnos no podían subir los archivos para mandar la tarea”, contó Vanesa.

La escuela Güemes es plurigrado y a ella asisten chicos que transitan varias horas a caballo para llegar hasta allí. La pequeña institución, hasta ahora poco conocida ha trascendido a nivel nacional e internacional, por el cabildo de Delfina y sobre todo por el gran amor e interés demostrado por todos sus alumnos, sus padres y docentes.

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