Ya falta menos,esta noche los peregrinos llegan a Cerrillos.


Nada iba a detenerlos: ni la oscuridad ni el viento. El pasado lunes, a las 2 de madrugada, unos 3.500 peregrinos de Cachi comenzaron a desandar el camino que los traerá a las puertas de Catedral, para agradecer los favores recibidos a los Patronos de Salta. 

Ramiro Altamirano es fotógrafo y desde hace varios años se suma a los peregrinos de Cachi en su caminar. “Todos los años los acompaño mostrando las imágenes de lo que se vive en este peregrinaje. Quiero que el mundo conozca lo que ocurre acá para la fiesta del Milagro”, expresó Altamirano. 

Este año, la pérdida de un ser querido lo retuvo en Salta, y no pudo seguir a los peregrinos en todo el trayecto, solo lo hizo por partes. Y si bien hizo el camino a Cachi de ida y vuelta varias veces, el miércoles salió al encuentro de los caminantes que a las 5 de la mañana reiniciaron el viaje desde El Maray. 

Altamirano estuvo el día de la partida desde Cachi. En este grupo de más de 3 mil personas también va una de sus hijas. “Salieron a las 2 de mañana del lunes, en medio de una oscuridad infinita. Los vientos habían dejado sin luz el pueblo y la ruta, así que caminaron a oscuras y enfrentando los fuertes ráfagas que los azotaron durante todo el camino. Cerca de las 6 de la mañana del martes los caminantes de Cachi llegaron a Payogasta, donde pararon a descansar y tomar un desayuno. Un poco con la ayuda de los vecinos y otro poco con lo que juntaron en las colectas que vienen haciendo desde hace varios meses, El desayuno se concretó con un mate cocido con bollo. 

“Los preparativos para esta fila de peregrinos comenzaron hace varios meses. Algunos donaban fideos, otros azúcar, otros yerba, y así se logró tener un almacén que los acompaña en este caminar. También se logró conseguir un camión que lleva todos los alimentos y algunos artículos de primera necesidad, además de algunos accesorios de la cocina. Y se hace un espacio para los ancianos y niños cansados”, contó Altamirano. 

 En la Recta de Tin Tin

Después del desayuno, los peregrinos se pusieron nuevamente de pie y comenzaron el descenso por la Recta de Tin Tin hasta la Piedra del Molino. En este punto, los más jóvenes bajaron por la orilla del río y los más grandes lo hicieron por la ruta. 

El martes en la tarde los peregrinos llegaron a El Maray y el número ya había crecido a 4 mil. En este punto la familia Tolaba los esperó con la cena y les ofreció el desayuno para emprender la caminata nuevemente a las 6 de la mañana de ayer. “Sabemos que es poco. Con la situación como está es difícil para todos, así que la familia Tolaba le ofrecerá lo que pueda porque 4 mil personas es mucho”, destacó Altamirano, quien recordó que en el camino los pobladores salen a la ruta a ofrecerles algo de comida, una fruta o agua. 

“Así sea una naranja o una botella de agua, todo suma, todo ayuda para que los peregrinos lleguen y cumplan su promesa”, expresó. 

A lo largo de todo este recorrido los peregrinos cuentan con la compañía del médico Díaz del hospital de Cachi, que ya adelantó que hasta El Maray, todos los caminantes se encontraban en perfecto estado de salud. Este grupo de creyentes, además de numeroso es muy variado, ya que se puede ver a abuelos de 80, niños y madres jóvenes. Este grupo de Cachi llegará mañana a las 13 a la Catedral, para rendir honores al Señor y la Virgen del Milagro

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