La producción de poroto salteño tuvo una campaña sin sobresaltos, pese a la pandemia. Si bien la sequía afectó un poco la parte productiva, no hubo inconvenientes en cuanto a demanda ni precios.
Pero en el sector hay una enorme preocupación que tiene que ver con una enorme intención de siembra para el año que viene, como consecuencia de la fuerte presión impositiva que el Gobierno nacional impone a las producciones de soja y maíz, la cual lleva a los grandes productores a volcarse a cultivos que les deje mejor rentabilidad.
«Si mucha gente se vuelca al poroto se va a planchar el precio», anticipó el vicepresidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, Natalio Iglesias, quien además advirtió que este cultivo «ya tiene costos altos y retenciones del 5 por ciento».
Por este motivo, reveló: «Desde la Asociación, estamos proponiendo un fondo cíclico compensador de las legumbres que permita que el productor chico y mediano pueda tener un fondo warrant ( instrumento financiero) con la garantía de su mercadería y con el precio sostén del costo de su producción».
Iglesias explicó que, de esta manera, los pequeños productores podrían financiarse para no verse obligados a rematar su producción a valores menores al precio de referencia, situación que después termina afectando al resto. «Para que esto no pase, el productor pequeño necesita asistencia, porque no tiene la misma espalda para negociar», indicó.
Al respecto, Iglesias señaló que están «en tratativas con la Provincia, que podría conseguir un fideicomiso a través de bancos con SGR (Sociedad de Garantía Recíproca) con participación de exportadores para poder armar el fondo y que levante la expectativa de precio del poroto».
«Estamos viendo la forma de conformarlo, es un fondo de 20 a 25 millones de dólares», reveló.
Finalmente, insistió en que los productores chicos y medianos «no tienen créditos accesibles, no hay garantías y se complica que consigan capital de trabajo con requisitos que se adapten a su forma».
Madereros, complicados
La actividad maderera experimenta una caída que ronda el 45% en promedio y se produce por dos vías, las denominadas primeras y segundas transformaciones, indicó Daniel Loutaif, referente del sector.
Loutaif advirtió que cayó la demanda de productos aserrados y que, además, por la pandemia se frenó la producción y venta de maderas aserradas para envases. Además, por la caída en la construcción bajó un 30% la demanda de material vinculado a pisos y aberturas.
Además, la actividad de muebles está retraída por problemas de abastecimiento en los insumos y de logística en la entrega.
Fuente: Diario el Tribuno