Hoy se celebra el día de la Virgen de Urkupiña.Muchas familias de Salta y Jujuy veneran con mucha fé su día.Las fiestas que se realizan en honor a esta Virgen conmemoran la leyenda sobre su descubrimiento. De acuerdo con los historiadores y clérigos del país de Bolivia, la tradición se remonta al siglo XVIII, concretamente al año 1700.
Durante ese año la Virgen se había aparecido innumerables veces ante una joven pastora cada vez que ésta cuidaba de su rebaño de ovejas en las bajas colinas de la comarca boliviana de Cota. Lo que en un principio fue una sorpresa, pronto se convirtió en una costumbre. La niña acudía a la colina no solo para cuidar de sus animales, sino para encontrarse con la ‘Señora’.
Este hecho hacía que se demorase en sus labores, hasta el punto de que sus padres llegaron a pedirle explicaciones pensando que la joven perdía el tiempo durante su jornada laboral. Muy lejos de todo lo que los pastores habían imaginado, su hija les reveló la verdadera razón de su tardanza: una virgen se le aparecía continuamente y hablaba con ella.
Fuera de sí y casi sin creerlo, la familia entera de ovejeros se dirigió a la colina para comprobar si lo que la niña decía era cierto. Una vez allí, vieron como la Virgen ascendía a los cielos como si de un sueño se tratase. Fue entonces cuando la pequeña pastora gritó en quechua «Jaqaypiña urqupiña, urqupiña», es decir, «ya está en el cerro». Fue así como nació el nombre de la Virgen.
Totalmente sobrecogidos corrieron al pueblo donde contaron su vivencia a todos los vecinos. Estos, incrédulos, terminaron por creer a la familia cuando comprobaron por sí mismos la existencia de aquel ser celestial. Desde entonces, se construyó en el lugar la capilla de Quillacollo.
La imagen de la Virgen se encuentra actualmente en el templo Matriz de Quillacollo, que se ha convertido en un centro de peregrinación para los bolivianos. Allí, se conmemora a la que también se conoce como la Patrona de la Integración Nacional de Bolivia.
La devoción por la Virgen de Urkupiña no se limita solo a las fronteras bolivianas, sino que se extiende a lo largo de otros países, como Chile y Argentina, e incluso España. Los flujos de inmigración han favorecido la divulgación de esta leyenda.