En Salta, el ciclo lectivo 2021 se iniciará el 1 de marzo, según le confirmaron a El Tribuno desde el área de prensa de la cartera educativa local. La fecha se habría conversado y consensuado en el marco del Consejo Federal de Educación, y si bien ya está fijada, a la Provincia aún le falta aprobar su calendario escolar. En el transcurso de la semana habría definiciones al respecto.
La expectativa por la vuelta es mucha. Ayer, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, dijo que prevé para 2021 un regreso «masivo a las aulas y con todos los cuidados». Puntualmente sobre la masividad no se adelantó nada, habrá que ver qué prevén concretamente los funcionarios provinciales en el territorio salteño, tan diverso en su geografía, donde miles de chicas y chicos perdieron todo vínculo con la escuela debido a que no cuentan con dispositivos y/o una conexión de internet.
«La presencialidad tiene que ser la regla y el eje ordenador de todas las decisiones que tomemos el año próximo, para poner en valor todos los aprendizajes de este año tan complejo», dijo a Télam el ministro.
Trotta explicó que «gracias a la evidencia generada en este año de pandemia» se van a poder tener los recaudos sanitarios para que los estudiantes vuelvan a las aulas en todo el país.
«Las clases se iniciarán, según la jurisdicción, entre la tercera semana de febrero y la segunda de marzo. La mayoría va a arrancar el primero de marzo», aclaró. El ministro sostuvo que el regreso a las aulas estará facilitado por la vacunación de los docentes, aunque advirtió que la disposición no está atada a eso.
«Siempre hemos dicho que no hace falta tener vacuna para la vuelta a clases. La vacunación de los docentes nos va a permitir que recuperemos la normalidad que nos arrebató la pandemia cuando haya una cobertura suficiente de la población», sostuvo Trotta.
Régimen de verano
De acuerdo a lo que se había anticipado, el Ministerio de Educación a cargo de Matías Cánepa viene trabajando para una vuelta a la presencialidad en las escuelas con régimen de verano a partir del 1 de enero. Se trata de los establecimientos que funcionan a contramano del sistema común, tienen clases durante todo el verano y vacaciones en el invierno.
De mantenerse el semáforo amarillo (riesgo medio) actual y también dependiendo de lo que diga el Comité Operativo de Emergencia (COE) más adelante, cerca de la fecha, esto se podría realizar. Así se indicó desde la cartera educativa, aclarando que con «riesgo medio» se permiten actividades lúdicas, deportivas, recreativas, artísticas y algo de apoyo escolar.
El dictado de clases algunos días o actividades escolares propiamente dichas se autorizan recién con una situación epidemiológica de «riesgo bajo». Esta lógica, de por qué talleres o actividades deportivas sí y clases de matemática o lengua no, o por qué la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sí y la provincia de Salta no, muchos padres no la entienden y apelan a la cordura de los que toman estas decisiones. Hay planteos que, según advierten, analizan llevar ante la Justicia por medio de un amparo.
Bajo la premisa de que la educación presencial es una necesidad impostergable, la comunidad educativa de Salta conformada por padres y docentes autoconvocados se movilizarán para exigir la vuelta a las aulas en el 2021. La convocatoria es para el próximo 5 de diciembre a las 18, a pie o en auto, en los alrededores del excolegio Nacional, ubicado en General Gûemes 40. Se realizará un abrazo simbólico al establecimiento secundario y caravana.
El viernes pasado comenzaron las clases de consulta para los estudiantes de quinto año. Vale recordar que la asistencia a las instancias presenciales de tutoría y acompañamiento de profesores y estudiantes es voluntaria, por lo que hay extremos, por ejemplo instituciones que se organizaron enseguida y ya están en contacto directo y revinculando a los chicos y otras que no acceden a la iniciativa oficial. Cada escuela y cada curso es un mundo.
A esta altura del año tanto el Ministerio de Educación como los directivos de los distintos establecimientos deberían contar con un listado de sus docentes que ya tuvieron coronavirus y, por ende, generaron anticuerpos. A su vez, estos deberían saber cuántos de sus niños ya tuvieron COVID-19 y están inmunizados por lo menos por algunos meses. Estos datos seguramente ayudarían a una mejor organización para la vuelta a la presencialidad.