Cristian Aldana fue condenado a 22 años de prisión por abuso de menores.

Antes de la audiencia, el excantante de «El Otro Yo» aseguró: “No soy ni un violador, ni un acosador, ni un violento; es mentira“.

A mediados de la tarde de hoy, tras un proceso penal que duró más de un año, Cristian Aldana, ex líder del grupo El Otro Yo, fue condenado a 22 años de cárcel por el abuso gravemente ultrajante y la corrupción de siete mujeres menores de edad por el Tribunal Oral Criminal Nº25, integrado por los jueces Rodolfo Bustos Lambert, Ana Dieta de Herrero y Rodolfo Goerner.

El fiscal de juicio Guillermo Pérez La Fuente había pedido 35 años de cárcel en su alegato; los abogados querellantes que representaron a las víctimas

“No soy ni un violador, ni un acosador, ni un violento; es mentira“, expresó Aldana horas antes de conocerse el fallo, y pidió no estar durante la lectura. En la última audiencia participaron víctimas, familiares, e integrantes de asociaciones feministas. El cantante se mostró con un cartel con la frase: «Sin defensa no hay juicio». “Estoy convencido de que antes de que arrancara el juicio yo ya estaba condenado, porque lo mío es una condena mediática, no solo judicial; los medios ponían ‘músico K condenado por abuso’», se defendió en la audiencia.

El músico cumple prisión preventiva desde el 23 de diciembre de 2016. En la audiencia previa rechazó todos los cargos y dio a conocer un audio donde dijo estar siendo sometido a un «mamarracho judicial».

El fiscal Guillermo Pérez La Fuente, con el asesoramiento de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), había pedido 35 años de prisión por considerar que hubo delito de abuso sexual, con acceso carnal y reiterado contra seis de las siete jóvenes denunciantes.

Por su parte, Sebastián Da Vita, representante de tres de las siete víctimas denunciantes, pidió 40 años de prisión, ya que considera que se probaron los delitos durante el juicio y que no existen atenuantes para «la conducta perversa» del músico.

El año pasado, Aldana se declaró en huelga de hambre por la «falta de imparcialidad» con la que, según sus reclamos, está siendo juzgado, y sostuvo que lo usan como un «trofeo de una guerra sexista desquiciada». «Yo ya estoy condenado desde el principio», afirmó el músico desde la cuenta oficial de su banda en las redes sociales.

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